sábado 2 de abril de 2011

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se sabe como si algo se lo estuviera viendo, que cuando un entero se lo divide en tres partes iguales, queda dividido en tres tercios; eso parece algo sencillo y evidente, pero aquí vamos a recomendar por razones de salud mental que nunca a nadie se le ocurra hacer semejante cosa;
porque dividir el 100% de algo en tres partes iguales, equivale a dejar tres tercios exactamente iguales; pero lo que ocurre al hacer eso, es que se obtiene tres veces una muy conocida fracción periódica pura: 33,33…%, y así hasta el infinito, lo que implica que si alguna vez alguno las quisiera juntar a esas fracciones nuevamente para recuperar el entero original, lo que es un derecho reconocido a los pueblos en muchísimas constituciones vigentes en los países de la Tierra, esa persona tendría que entenderse con sumar tres entidades infinitas para obtener un entero que no lo es;
y por eso, para no meterse en tremendos líos más allá de la comprensión, es que aquí se sugiere, modestamente, dividir un entero, aunque no sea tan prolijo, siempre en dos partes iguales y una desigual, por ejemplo,33%; 33%, y 34%; y eso, porque la vida ya viene con suficientes dificultades de fábrica como para buscarse, además, problemas imposibles de resolver, pudiendo evitarlos con toda facilidad