viernes 10 de junio de 2011

*
Zygmunt Bauman; Modernidad Líquida; Fondo de Cultura Económica
Confundir la suerte con el destino, tal como lo señalara Max Scheler en Ordo amoris; es un grave error: "el destino del hombre no es su suerte (…) Suponer que el destino y la suerte son lo mismo merece ser llamado ‘fatalismo’"
El fatalismo… es una actitud de autocorroboración, hace que "tomar distancia", esa conditio sine qua non del pensamiento, parezca algo inútil e indigno de esfuerzo.
Tomar distancia, tomarse tiempo -para separar el destino de la suerte, para emanciparlo de la suerte, para darle la libertad de enfrentar y desafiar la suerte-…