domingo 3 de julio de 2011

*
ese escritor finalmente confesó después de muchísimos años de dudar si confesaba o no, que su carrera en la literatura fantástica había comenzado cuando redactaba montones de escritos judiciales iniciando juicios, expresando allí muy colorida y dramáticamente lo malos y pérfidos que eran los patrones, y lo santos y puros que eran los empleados;
y dudó tantos años porque esa confesión hablaba bien de él como escritor, pero hablaba muy mal de él como abogado