miércoles 14 de septiembre de 2005

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entre las personas que van descreyendo de mantener situaciones que les caen gordas, estaba ese hombre que decía que las situaciones que encontraban su límite final, lo hacían de un momento para otro por una cuestión de pura antigüedad;
por la antigüedad de las gotas que terminaban por desbordar la copa, y porque se descubría finalmente en un punto, que todos los años invertidos no le habían otorgado ninguno de los espacios que cualquier idiota podría esperar de la antigüedad acreditada