miércoles 12 de abril de 2006

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la gente se choca todo el tiempo con la puerta; cuando salió y quiere volverse y ya no se abrirá nunca para permitirle retroceder; o cuando se tiene apuro y todavía no es tiempo para pasar, a menos que se la atraviese a lo bruto, rompiéndola en pedazos, dejando la piel en el camino; o cuando se lo pensó demasiado y ya se cerró para siempre, o cuando, mientras se está abriendo, se choca con el filo del borde, por pura impaciencia