25.5.2020.6

Por la acera pasaba una mujer poco elegante —o practicante de una moda fea— (…), pero no, no era una mujer, era un conductor envuelto en su piel de cabra que volvía a pie a su garaje.
Marcel Proust; La prisionera /En busca del tiempo perdido 5 /Traducción Carlos Manzano