lunes 22 de enero de 2007

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nacer nunca fue error irreparable
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Alianza Universidad, Rüdiger Safranski; Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía
Y, puesto que tenía fortuna heredada, pudo vivir para la filosofía y no necesitó vivir de ella. En el ambiente profesional de la filosofía careció de oportunidades y finalmente dejó de buscarlas. Ello le resultó beneficioso: el aguijón existencial que le empujaba a filosofar no llegó a disiparse en la actividad social del gremio.