martes 9 de octubre de 2007

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estuvo sentado largo rato en la cocina mirando la aguja que marcaba los segundos en el reloj y en cierto momento le pareció que la aguja se movía cada vez más lentamente, hasta que ya no hubo ninguna duda porque se paró, y cuando quiso levantarse para ver qué era lo que tenía el reloj, se dio cuenta de que ya no podría hacerlo, que lo que se había terminado tal vez para siempre, era el tiempo