Deconstrucción, de Mary Ruefle
(…)
porque no hay nada más seductor, más terrible,
que la historia de nuestras propias vidas, aquella que no
queremos oír; aquella que daríamos cualquier cosa por escuchar.
Trad. de Adrián Viéitez.
Deconstrucción, de Mary Ruefle
(…)
porque no hay nada más seductor, más terrible,
que la historia de nuestras propias vidas, aquella que no
queremos oír; aquella que daríamos cualquier cosa por escuchar.
Trad. de Adrián Viéitez.