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algunos de los que buscan distanciarse algo de las urgencias biológicas inevitables del deseo y del sexo durante su vida sexual activa mediante la meditación, la abstinencia y sabe Dios qué cosas más
más tarde, les ataca una enorme inquietud cuando se les va pasando el cuarto de hora, y se preocupan sobremanera por el enfriamiento natural de esos apetitos cuando su vida sexual activa ya pasó o ya casi pasó