miércoles 4 de marzo de 2009

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Idoru; de William Gibson
-Lo me contó una vez una historia sobre un empleo que había tenido. Trabajó para un vendedor de sopa de Hong Kong, un furgón en la calle. Dijo que el furgón había estado funcionando durante más de cincuenta años, y el secreto consistía en que nunca
limpiaban la caldera.
De hecho, nunca habían dejado de cocinar la sopa. Era la misma sopa de pescado que habían estado vendiendo durante cincuenta años, pero nunca era la misma, porque cada día le añadían nuevos ingredientes, de acuerdo con lo que podían adquirir. Él decía que esto podía aplicarse a su carrera de músico, y a él le gustaba que fuera así.
Idoru; de William Gibson