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en una pared de la ciudad pintaron la ya célebre imagen de la cabeza del Che Guevara con el agregado de unas orejas del también célebre ratón Mickey, y el texto decía: ni dios, ni amo, ni mitos;
y esos presuntos anarquistas, al no identificarse como tales, advirtieron a tiempo que de haberse identificado como algo, hubieran incurrido en el mito
