lunes 20 de abril de 2009

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Robert A. Heinlein, El número de la Bestia
Fue entonces cuando pateé al policía en el estómago. Normalmente no pateo a los policías; hace que uno parezca sospechoso de algo.
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… el reverendo mister Dogson, es demasiado benévolo como para hacer callar a nadie.
Los mansos heredarán la Tierra, un metro de ancho por dos de largo.