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las personas que cambian de vida repentinamente se llevan por delante sus costumbres arraigadas y a veces las costumbres arraigadas de su entorno; por eso las resistencias a cambiar de vida y también a morirse aparecen como lógicas y razonables y racionales aunque nadie sepa por qué las resistencias tendrían que tener un lugar en la vida de nadie;
habiéndose demostrado acerca de las resistencias tantas veces su incoherencia, su inutilidad, su abierta ridiculez en gente lógica, razonable y racional, y hasta su completa imposibilidad
