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un hombre muy valiente, Philip K. Dick, al comienzo de su libro El hombre en el castillo, puso, a modo de dedicatoria:
A Anne, mi mujer, sin cuyo silencio
Este libro nunca se hubiera escrito
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un hombre muy valiente, Philip K. Dick, al comienzo de su libro El hombre en el castillo, puso, a modo de dedicatoria:
A Anne, mi mujer, sin cuyo silencio
Este libro nunca se hubiera escrito