viernes 16 de julio de 2010

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esperando el entierro de un amigo, varios personajes que no se veían desde hacía treinta años y se mantenían en holgada situación económica interrogaban en forma amable pero persistente a uno que había sido un par y que ya no lo era, y no podían entender que el tipo no tuviera trabajo, ni ingresos, ni problemas;

y eso terminó abruptamente y nadie preguntó más nada desde el momento en el que el interrogado les explicó que esa situación no tenía nada de rara, que era de lo más común, y que, de hecho, era muy parecida a ser rico