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una de las paredes de la ciudad tenía una declaración de amor dirigida a una mujer, que se mencionaba por su nombre y su apellido, y estaba firmada por un señor, con su nombre y su apellido;
en la pared de al lado, siempre en la misma casa, la mujer contestaba lo siguiente: te amo por cuatro, gracias por esto;
y en el cartel que faltaba, quizás el dueño de la casa debió haber puesto:
¿y yo, qué tengo que ver?
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tiempo en el que no se sabe, como esta mañana, cuando el dueño de esa camioneta todavía dormía tranquilamente en su casa, y no sabía que le habían roto el vidrio de la puerta delantera, quizás para robarle, quizás para irse sin llevarse nada
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hay una frase pintada en la calle:
te mandan
si obedeces
