viernes 25 de abril de 2003

*
la anécdota fué así; el joven quiso ayudar a una vecina víctima de un robo muy menor, un calzado deportivo dejado como al descuido en la puerta de su comercio mientras arreglaba la vidriera; y terminó en la comisaría hasta que se aclaró todo;
el joven dejó de practicar artes marciales después del incidente, quizás pensando en que la práctica lo había capacitado lo suficiente para retener sin dañar a la joven delincuente hasta la llegada de la policía, pero no lo había capacitado lo suficiente todavía como para no involucrarse en cuestiones donde hay tantas razones para obrar como para no obrar