lunes 28 de julio de 2003

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algunas cosas quedarán sin terminar para siempre, otras esperan un tiempo variable hasta que les llega el momento de ser terminadas;
a veces parece que se encuentra un tiempo propicio para eso, y de golpe se empiezan a cerrar para bien y para mal infinidad de asuntos que estaban allí esperando su definición;
de modo tal que nunca se termina de saber qué parte es la que depende de uno y qué parte depende de las circunstancias