(…) Piglia escribió como lector al final de su vida (…) menos interesado en la concentración dramática y los desenlaces que en el desarrollo de métodos narrativos. Carlos María Domínguez, El Cultural, El País, Uruguay https://www.elpais.com.uy/cultural/ricardo-piglia-escribio-lector-final-vida.html
El insomnio es la gran enfermedad de la nación. El rumor de las voces es continuo y sus cambios suenan noche y día. Parece una turbina que marcha con el alma de los muertos dice el viejo Berenson. (…) Ricardo Piglia La isla de Finnegans https://piglia.pubpub.org/pub/rr5gwq2p/release/1
(…) No hay lamentos, sólo mutaciones interminables y significaciones perdidas. (…) La memoria está vacía porque uno olvida siempre la lengua en la que ha fijado los recuerdos. Ricardo Piglia La isla de Finnegans https://piglia.pubpub.org/pub/rr5gwq2p/release/1
Las sociedades viven de mitos, de grandes relatos que les confieren el sentido de la identidad. Y ¿en qué mundo viven realmente quienes están sentados delante de la televisión de la mañana a la noche? (…) Tenía mil vidas… / Cees Nooteboom / Prólogo Rüdiger Safranski
(…) Y ¿en qué mundo viven realmente quienes están sentados delante de la televisión de la mañana a la noche? A la poesía, la antigua capacidad inventiva, le ha salido entretanto un competidor aplastante. Tenía mil vidas… / Cees Nooteboom / Prólogo Rüdiger Safranski
El ensayo de Nooteboom sobre Cervantes (en El desvío a Santiago, 1992) parece un informe de la época heroica de la poesía, cuando esta era todavía la soberana indiscutible del reino de las invenciones. (…) Tenía mil vidas… / Cees Nooteboom / Prólogo Rüdiger Safranski
(…) Nooteboom (…) quiso ir tras las huellas de Cervantes y sin embargo se vio siempre llevado tras las huellas de Don Quijote, de Dulcinea y de Sancho Panza, como si fueran ellos y no Cervantes los que habían vivido realmente. (…) Tenía mil vidas… / Nooteboom /
(…) Don Quijote, cuyo retrato se ve por doquier, ha dejado a Cervantes en la sombra, y aún se puede visitar hoy la casa de Dulcinea con su mobiliario amorosamente conservado. (…) Tenía mil vidas y elegí una sola / Cees Nooteboom / Prólogo Rüdiger Safranski
(…) Don Quijote (…) «Para alguien que ha hecho de la escritura su vida es un momento maravilloso. Entrar en la casa real de alguien que nunca ha existido no es ninguna nimiedad». Tenía mil vidas y elegí una sola / Cees Nooteboom / Prólogo Rüdiger Safranski
El tiempo cura todas las heridas, y el recuerdo las reabre. Pero el tiempo no existe si no es para desaparecer, y el recuerdo mete el pie en la puerta. Pariser Tage I Días parisienses I, GW 5, 87-s. Tenía mil vidas… / Cees Nooteboom / Prólogo Rüdiger Safranski