las anotaciones que como agenda no funcionen, tal vez, a los propios ojos, funcionen como diario, como poesía, como cuento, como novela, como disparate inclasificable, sin por eso llevar los escritos a la cruda confesión de crímenes, si fuera posible evitarlo
las agendas no contienen lo que de verdad por obvio, es importante, por ejemplo, lo biológico, que pesará por sobre cualquier compromiso o propósito, y lo no orgánico que tenga prioridad equivalente pesará sobre todo lo otro a posponer
en las agendas posponer no es crimen, cancelar sin anestesia tampoco
en las agendas posponer sin fin no es vicio ni debilidad pues al final, serán cosas que se terminen haciendo o abandonando para siempre; dejando que sea el tiempo quien aconseje y ayude, pero sin olvidarlas antes de su tiempo
llevar la agenda es contar con un tercero imparcial como ayuda para evitar gastar más energía de la que se tiene, pues se sabe que hay demasiado para proponerse con relación a los recursos que se tienen y lo que no se haga desbordará al futuro, sin problema
la agenda vieja logra conservar en sólidas uniones tanto propósito y despropósito, lo urgente de total nulidad y el registro del hacer banal pero necesario al máximo en ese tiempo y muerto ahora pero no tan muerto, porque de eso estamos hablando
(…) el peligro que existe en la juventud es que muchas veces se encuentran con las flores de la vida y no se dan cuenta, no se dan cuenta de que están allí, las botan… «. Compay Segundo, mítico músico (y filósofo) cubano 7’56» https://www.youtube.com/watch?v=kgh-YJsHpyY
algunos hijos ya padres ellos mismos que no te deben nada como padre te lo dicen en la cara; y está muy bien eso, pues tal vez te estén reclamando con justicia por traerlos objetivamente a una vida que de momento sienten de mierda, aunque ya se nos pasará; me refiero a la vida