(…) repitió las palabras finales de su antiguo mentor Lonoff con deleite exagerado: “Personas que leen y escriben, estamos acabados, somos fantasmas que presenciamos el fin de la era literaria.” Nathan Zuckerman Por Norman Manea 30.6.2009 https://letraslibres.com/revista-espana/de-paseo-con-nathan/
“(…) El yo del que estoy hablando no es más que una perspectiva, un lugar desde el que mirar el mundo. Un punto marcado por dos coordenadas: memoria y expectativa.” El sótano Begoña Huertas La naturaleza de las cosas Por Aloma Rodríguez 1.4.2023 https://letraslibres.com/revista/la-naturaleza-de-las-cosas/
(…) para escribir una novela. Con el manuscrito terminado, la deshizo, la pintó, la tachó, la convirtió (…) en esos collages que aparecen como epílogo bajo el epígrafe “La novela que no escribí”. (…) El sótano Begoña Huertas Aloma Rodríguez 1.4.2023 https://letraslibres.com/revista/la-naturaleza-de-las-cosas/
(…) Por cierto que los collages parecen ir dibujando su propio camino, cada vez más intervenidos, jugando con diferentes estilos y épocas, porque forman parte también (…) El sótano Begoña Huertas La naturaleza de las cosas Por Aloma Rodríguez 1.4.2023 https://letraslibres.com/revista/la-naturaleza-de-las-cosas/
(…) de la búsqueda y del impulso creativo, una de las cosas que merecen la pena en este mundo. El sótano cierra en alto con un emocionante y sutil gesto de rebeldía. ~ El sótano Begoña Huertas La naturaleza de las cosas Por Aloma Rodríguez 1.4.2023 https://letraslibres.com/revista/la-naturaleza-de-las-cosas/
“Nos conocemos a nosotros mismos en la medida en que nos ponen a prueba”, escribió Wisława Szymborska[85]. (…) [85] Wisława Szymborska, “Minuto de silencio por Ludwika Wawrzyńska”, en: Poesía no completa, México, FCE, 2008. [N. de la T.]. << Lem: vida Wojciech Orliński
(…) Yo no sé qué hubiera hecho en el momento de la prueba última, y tengo la esperanza de no saberlo nunca. Lem: vida fuera de este mundo Wojciech Orliński
un par de electricistas contaban que trabajando una noche en un local de comidas desierto a esas horas coincidieron casualmente allí dentro con un exterminador de plagas que atrapaba las ratas y las dejaba en la calle en la puerta del comercio porque decía que le apenaba matarlas