domingo 21 de diciembre de 2003

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comunicarse con un gato para que no haga lo que no debe parece imposible, o porque uno no se entiende con el gato, o porque el gato parece estar más allá;
y el resultado de todo el esfuerzo parece el mismo que con muchas personas;
harán cada vez las mismas cosas, sin ningún cambio, tal vez con un poco más de incomodidad, o ni siquiera eso
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preguntaban siempre mujeres sobre temas relacionados con Séneca, si es que eran mujeres, si es que eran distintas, nunca se sabe cuál es la verdad con internet, pero el hecho era que parecía haber una extraña relación entre Séneca y las mujeres y viceversa;
no la había ni con Epicteto, Heráclito, Diógenes el perro, Epicuro ni con los otros filósofos que se mencionaban allí;
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¿cuál habrá sido la culpa de Séneca por haber permanecido vivo un buen tiempo como consejero de Nerón?, ¿cuáles sus concesiones? ¿cuáles los males que habrá causado por omisión, por salvar su propio cuello hasta que no pudo salvarlo? y ¿cuánta gente debió agradecer que hubiera a ese nivel de presumible barbarie, alguien cuerdo con algún poder? tal vez nunca se sabrá;
quizás lo único cierto es que hombres que pasaron por sabios como el mismo Marco Aurelio, que tuvo oficio de emperador y guerrero, no habrán podido escapar a la ejecución de horrores contra sus semejantes, y es posible pensar que eso empañase su filosofía, o no, porque estar en el puesto que toca, quizás no pueda evitarse jamás; como tampoco puede evitarse, llegado el caso de que le toque serlo, ser filósofo