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es interesante la forma de hablar de algunas personas: no tienen problema en decir; el médico me prohibió o me mandó hacer esto, o; voy a ver si el médico me da permiso;
como si fuera posible que alguien mandara, prohibiera o permitiera, sin otro que lo aceptara, y así, nos expresamos como si fuéramos niños, toda la vida
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¿para qué los tengo a ustedes; para hacer las cosas yo?;
asì les dijo ese comerciante a sus dos empleados jóvenes, a los gritos, y ellos miraron al piso, pensando en matarlo, en irse…, en cómo habían venido a parar allí para tener que escucharlo a ese tipo
