viernes 8 de octubre de 2004

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el profesor de judo hace jugar a los niños invariablemente cuarenta minutos y al final les da 10 minutos de técnica;
el profesor de karate los deja jugar a lo que quieran solamente quince minutos al inicio de cada clase, con la condición de que lleguen estrictamente a horario, y los niños se matan por llegar a horario para jugar;
en una oficina donde resistían sordamente la entrada de la computación para defender la supervivencia de los sistemas manuales hace ya muchos años, se puso una computadora que los primeros meses tenía solamente juegos, y el personal fue animado a jugar en su horario libre para familiarizarse con el equipo, y después no hubo problemas a la hora de trabajar
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frecuentemente, las mismas personas que nos ayuden a obtener nuestros logros serán las que nos ayuden a soltarlos