miércoles 11 de enero de 2002

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Y el mismísimo Diógenes el perro o Diógenes de Sinope, tenía por costumbre en la antigua Grecia pugnar por entrar al teatro cuando toda la multitud de espectadores estaba saliendo. Y cuando lo increpaban por hacer eso, contestaba: hago lo que he hecho toda mi vida. Quería decir que eso hacía siempre, ir contra la corriente, ir contra la opinión.

Cuando veo los consulados llenos aquí en Argentina con gente que quiere irse, me da pena pensar en todos los movimientos migratorios desordenados producto de los eventos políticos militares y sociales en todo el mundo, y añoro ese momento en que el hombre piense con su propia mente y sienta con su propio corazón y pueda tener en cuenta la circunstancia pero para ser libre respecto de ella. Quizás sea imposible, y quizás no lo sea.