lunes 17 de diciembre de 2001

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Epicuro (de una carta escrita a Meneceo): …acostúmbrate a considerar que la muerte nada es contra nosotros, porque todo bien y todo mal viven en la sensibilidad y la muerte no es otra cosa que la muerte de la sensibilidad misma.

La muerte pues… en nada nos pertenece, pues mientras nosotros vivimos no ha llegado, y cuando llegó ya no vivimos.

…el sabio ni rechaza vivir ni teme no vivir, pues no está atado a la vida ni tampoco la considera algo malo.

Se ha de tener en cuenta …que el futuro no depende enteramente de nosotros ni tampoco nos es totalmente ajeno, de modo que no debemos esperarlo como si hubiera de venir infaliblemente ni tampoco desesperarnos como si no hubiera de venir nunca.

También por ser el placer el bien primero y principal no elegimos todos los goces, antes bien, dejamos de lado muchos cuando de ellos se han de seguir dolores y llegamos a preferir ciertos dolores cuando de ellos se ha de seguir un placer mayor.

Tenemos como un gran bien contentarnos con lo suficiente, no porque siempre debamos tener poco, sino para vivir con poco cuando no tenemos mucho, estimando como muy cierto que disfrutan equilibradamente de la abundancia y la magnificencia los que menos la necesitan y que todo lo que es natural es fácil de conseguir, mientras que lo vano es muy difícil de obtener.

No son las relaciones sexuales ni el sabor de los manjares de una mesa magnífica los que producen una vida feliz sino un sobrio raciocinio que indaga perfectamente las causas de la elección y rechazo de las cosas, y elimina las opiniones que puedan acarrear perturbaciones.
Epicuro, Cartas a Meneceo, incluido por Lucrecio en De la naturaleza de las cosas.