lunes 3 de octubre de 2011

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las personas que hubieran sobrevivido hasta cierta edad podrían haber aprendido lo suficiente como para haber perdido en las batallas cualquier deseo de mejorar a cualquier otro conviviente o no, que no tenga interés en eso, por medio de la paciencia o por cualquier otro medio lícito o ilícito;
la paciencia ante los horrores surgidos de cualquier convivencia y compañía puede evitar que incurramos en actos desesperados, pero por fuera de eso, emplear la paciencia para esculpir el carácter de cualquier otra persona pasa por ser un trabajo nada recomendable, y está destinado al fracaso, así uno tuviera un tiempo de siglos, que no está ese tiempo a disposición de nadie