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usted recibe de regalo para su cumpleaños un pequeñísimo arbolito y el sentido común le dice que ese árbol no tiene futuro en esa casa, y el sentido común también le dice que mientras tanto ese imposible está ahí, y que además ningún futuro está todavía escrito ahora, y que si lo está, no tiene urgencia en dejarse leer;
esto es lo que termina pensando uno en lugar de simplemente maldecir a los vendedores que alegremente les venden árboles y cachorros diversos y objetos imposibles en general a la gente que sin ningún criterio los regala para meterlos en pequeñas casas, y regala problemas
