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Estaba una madre diciéndole a su hija de 19 años si quería acompañarla un ratito a visitar a su madre, es decir a la abuela de la joven. Yo estaba escuchando, y esperaba oír un sí o un no, casi seguramente un no, pensé. Pero la joven, con una sonrisa, y para mi sorpresa dijo que no, pero de otra manera, porque dijo:
eso sería como meterme en la boca del lobo.
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Probablemente estamos siempre soñando, no sólo durante la noche, sino también durante el día, pero debido a la lucidez de nuestra vida consciente no nos damos cuenta.
Sobre adivinación y sincronicidad. Marie Luise Von Franz