(…) Proseguí: «Así pues, ¿no es suyo este prado?» Ella respondió: «Este prado era de mi marido, que ya falleció. No tengo hijos, y los blancos traen sus vacas a mi prado.» (…)
François-René de Chateaubriand
Memorias de ultratumba, 1848
Traducción: José Ramón Monreal