martes 6 de mayo de 2003

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el hombre dormía siempre en el mismo banco de la plaza, pudiendo elegir cualquier otro banco, o cualquier otra plaza;
era evidente para cualquiera que quisiera verlo, que ése, que parecía igual a cualquier otro banco del mundo, era un banco muy particular, era su propio banco, su propia cama, su propia casa;