Ah.(…)Nunca sabremos nada de eso. Pérdida de tiempo. Bolas de gas (…), cruzándose unas con otras, (…). Siempre la misma música. Gas, luego sólido, luego mundo, luego frío, luego cáscara muerta (…) a la deriva, roca helada (…)./Ulises; Joyce, trad. Valverde
—Veo que va de negro. ¿No tendrá…? —No —dijo el señor Bloom—. Acabo de venir de un entierro. Va a salir a relucir todo el día, ya lo preveo. ¿Quién se ha muerto, cuándo y de qué se murió? Vuelve como una moneda falsa. /Ulises; Joyce, traducción Valverde
hay libros, teatro y cine sobre el trastorno del espectro autista, y cuando a los pacientes se insiste en dibujarlos como alguna clase de superdotados de algún campo en especial, se consigue dejar al garete a los pacientes reales, como si no valieran por ser ellos mismos
La casa siempre se deshace cuando desaparece la madre. Quince hijos tuvo él. Un nacimiento casi cada año. Eso está en su teología (…). Creced y multiplicaos. (…) hasta dejarte sin casa ni hogar. /Ulises; Joyce, traducción Valverde
—Me recuerda a Antístenes —dijo el profesor—, un discípulo de Gorgias, el sofista. Se dijo de él que nadie podía decir si estaba más amargado con los demás que consigo mismo. (…) Se dispusieron a cruzar la calle O’Connell. /Ulises; Joyce, traducción Valverde
SU HABLA NATAL (…) — (…) que (…) la luna resplandezca irradiando su efulgencia plateada. —¡Ah! —gritó el señor Dedalus, desahogando un gemido desesperado—. ¡Mierda con cebollas! Ya está bien, Ned. La vida es demasiado corta. /Ulises; Joyce, traducción Valverde
cada cosa que desborda de la agenda para hoy, se pasa para mañana o para más adelante, de acuerdo con las fuerzas y posibilidades de hoy, y es una forma de saber lo que pasaré más adelante para más adelante, un posible imposible futuro
UN CRONISTA EN JEFE (…) El viejo Monks (…). Hombre decente y serio con su poco en la caja de ahorros diría yo. Su mujer buena cocinera y lavandera. La hija cosiendo a máquina en la salita. Una fea Andrea, sin fantasías idiotas. /Ulises; Joyce; traducción Valverde
las contingencias a veces derivan en complicaciones y las complicaciones a veces, a fuerza de repetirse, derivan en meras contingencias
si todavía se puede expresar algo, es gracias a las ambigüedades casi inevitables de cualquier expresión