Mes: diciembre 2020

El artista resiste en su zona; establece un vínculo directo entre su región y la cultura mundial. (…) ( (…) en el sótano de una taberna (…) de Dublín, Tim Finnegan (…) sueña la historia del universo).Antología personal; Ricardo Piglia

La isla de Finnegan1AÑORAMOS UN LENGUAJE más primitivo que el nuestro.Los antepasados hablan de una época en la que las palabras se extendían con la serenidad de la llanura. (…)Antología personal; Ricardo Piglia

Era posible seguir el rumbo y vagar durante horas sin perder el sentido, porque el lenguaje no se bifurcaba y se expandía y se ramificaba, hasta convertirse en este río donde están todos los cauces y donde nadie puede vivir, porque nadie tiene patria.Antología…; R. Piglia

(…) El insomnio es la gran enfermedad de la nación. El rumor de las voces es continuo y sus cambios suenan noche y día. Parece una turbina que marcha con el alma de los muertos, dice el viejo Berenson. (…)Antología personal; Ricardo Piglia

(…) No hay lamentos, solo mutaciones interminables y significaciones perdidas. Virajes microscópicos en el corazón de las palabras. La memoria está vacía, porque uno olvida siempre la lengua en la que ha fijado los recuerdos. (…)Antología personal; Ricardo Piglia

ESTABA AMANECIENDO cuando el comisario Croce (…) a lo lejos, vio un resplandor (…). «Comparo lo que no entiendo», pensó. La realidad estaba llena de señales y de rastros que a veces era mejor no haber visto.Antología personal; Ricardo Piglia

Desde hacía meses vivía de prestado en la casa medio abandonada de un puestero en la estancia de los Moya, esperando que se resolviera el expediente de su cesantía y le pagaran la jubilación.Antología personal; Ricardo Piglia

—Dice que te van a recompensar y qué querés.—Cómo qué quiero…—A cambio. Plata no, algo…—No sé. —Se quedó pensando—. Un telescopio.Rosa se largó a reír.(…)—Mirá que bien… Cualquier cosa podés pedir —siguió ella—. (…) y cortó.Antología personal; Ricardo Piglia

Un trueque, eso también le gustó. A veces, en tiempo de sequía, no había un peso en el pueblo y al maestro le pagaban con gallinas, a Croce no le cobraban la comida en el restaurante del hotel, (…)Antología personal; Ricardo Piglia

(…) Siempre había querido tener un telescopio. En la noche, en el campo, se puede ver muy bien el firmamento. La luz de las estrellas no viene del espacio, viene del tiempo.(…)Antología personal; Ricardo Piglia