2.3.2023.16

Es una novela aparentemente más sencilla de hacer. Pero es que, a veces, lo más sencillo es lo más difícil. De hecho, es más difícil hacer una novela fácil que una novela difícil”. Entrevista con Miguel Ángel Hernández: Por José de Montfort 1.3.2023 https://letraslibres.com/literatura/entrevista-con-miguel-angel-hernandez-es-mas-dificil-hacer-una-novela-facil-que-una-novela-dificil/

2.3.2023.15

(…) un chelín de plata del breve reinado de María Tudor, un denario romano, un frasco de perfume del periodo estuardiano, (…) No ficción Los tesoros que esconde el barro del Támesis 01 Mar 2023 /Miguel Ángel Santamarina / Lara Maiklem https://www.zendalibros.com/los-tesoros-que-esconde-el-barro-del-tamesis/

2.3.2023.14

Cuando les pareció que la luz alcanzaba el momento adecuado, arrancando destellos de fuego de los fragmentos de porcelana y vidrio roto, las niñas se pusieron manos a la obra. (…) A la deriva; Penelope Fitzgerald

2.3.2023.13

(…) Tilda se tendió cuán larga era sobre una viga de madera. Este era su cometido, porque Martha se magullaba fácilmente. Solo ella sabía que era una princesa, y aguardaba el momento en que los moratones revelasen su verdadera identidad. (…) A la deriva; Penelope Fitzgerald

2.3.2023.12

(…) Tilda miraba con atención. Había que afinar mucho la vista. —¡Ahí hay uno! Comenzó a saltar de uno a otro, como si avanzase sobre una pasarela de piedras, sobre objetos que apenas soportaban su peso: neumáticos viejos, botas viejas (…) A la deriva; Penelope Fitzgerald

2.3.2023.11

(…) y los esqueletos de embalajes sobre los que se posaban las gaviotas, (…). Más allá del punto en el que el fango empezaba a ser traicionero, allí donde el Small Gains había encallado para no reflotar jamás, (…) A la deriva; Penelope Fitzgerald

2.3.2023.10

(…) Tilda se detuvo guardando el equilibrio sobre el manillar de una bicicleta hundida. ¿Cómo habría llegado la bicicleta hasta allí? —¡Mattie, es una Raleigh! —Si has visto un azulejo, cógelo inmediatamente y vuelve. —¡He visto dos! (…) A la deriva; Penelope Fitzgerald

2.3.2023.9

(…) Con un azulejo en cada mano, balanceándose como una funambulista, Tilda regresó junto a su hermana. Bajo las llamativas luces de la carpa circense, hombres, mujeres y niños, todos a una, se pusieron en pie para aplaudir. (…) A la deriva; Penelope Fitzgerald

2.3.2023.8

(…) se pusieron en pie para aplaudir. ¿Quién era, se preguntaban unos a otros, esa desconocida que había conseguido lo que tantos otros habían intentado sin éxito antes que ella? (…) A la deriva; Penelope Fitzgerald

2.3.2023.7

(…) La fuente de agua limpia más próxima era la tubería del patio de la iglesia. A las niñas no les gustaba lavar allí sus hallazgos, porque el agua era para las flores de las sepulturas, pero Martha recogió un poco en un cubo. (…) A la deriva; Penelope Fitzgerald