jueves 28 de marzo de 2002

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La Rochefoucald, habla de la experiencia y dice que "duda de que la experiencia nos hiciera evitar nuestros vicios, si pudiéramos andar dos veces por el mismo camino". Azorín. La experiencia de la vida. Alianza Editorial.

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Contó alguien, que fue una vez al banco con un buen amigo suyo de apellido Espantoso, y su amigo tuvo que repetirle muchas veces a la empleada que llenaba esos papeles, y que cada vez se enojaba más, que su apellido era Espantoso. Lo que pasaba era que la empleada creía que él estaba diciendo todo el tiempo que su apellido era espantoso, hasta que entendió que era Espantoso.

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Ese hombre dijo porqué no era del filósofo el pedir ninguna cosa, porque el filósofo disfruta de lo que tiene, y también disfruta de lo que no tiene.

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Cuando el hombre le contó que por esas cosas de la vida había terminado con el banco, con la profesión, con los negocios y con la propiedad, el otro le dijo: ¡ah! ¡sos un muerto civil!. Y tuvo que explicarle que un muerto civil en estos tiempos es la persona a la que no la llaman para venderle nada, ni le mandan correspondencia con facturas para pagar ni con propagandas. Y es como si no existiese, como si estuviera muerto para la sociedad.

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Y calculo que para bajar el impacto de lo que decía agregó que a él le había pasado exactamente eso alguna vez, y que no fue para siempre.

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Cuando en la Argentina se habla de un censo general de población, debe entenderse de la población que está en condiciones de ser registrada y vista por los censistas, que no es toda la que hay.

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Viajando por Japón, un hombre que mostraba cosas de interés turístico, se hizo muchos kilómetros con su auto para hacerles ver a los extranjeros una de las primeras casas construídas allí, una de las casas de los pobladores más antiguos. Y cuando llegaron allí vieron una casa exactamente igual a las que se ven en el Uruguay por miles, con paredes de bloques y con techo de paja a dos aguas. Exactamente como si los primeros pobladores del Japón hubieran sido provenientes de las antípodas, del Uruguay.

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Si ud es hombre y se detiene en la autopista para orinar, no debe asombrarse si entran dos mujeres al baño de hombres a limpiar. Haga como si nada, como todo el mundo.

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Si su apellido es Pérez, en el Japón le dirán Perez San. Y si su nombre es Pedro, le dirán Pedro San, nunca el nombre o el apellido a secas. Si no entendí mal, se trata de una forma respetuosa de dirigirse al otro. Sorprende especialmente que si se refieren al Monte Fuji lo hagan diciendo Fuji San.

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Conversar con un japonés y negociar con él exige saber que debemos preparanos a administrar larguísimos silencios desde el momento en que terminamos de decir algo, hasta que nos contestan.

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Y se puede sentarse tranquilo en el piso porque los zapatos quedaron en la entrada, y sabemos que el piso está limpio, y estará limpio.