jueves 23 de enero de 2003

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tiene gracia, alguna gracia, quizás bien poca, encontrarse en cualquier parte con imágenes de uno, en otro tiempo, por obra de la fotografía, y también, y especialmente, por obra de la gente que guarda las fotos;
así le sucedió a ese hombre en una reunión de amigos, en la que uno de ellos se apareció sin previo aviso con un álbum de fotos viejísimas y viejas y no tan viejas;
a pesar de no tener ningún interés en el tema de las fotos del pasado, alguien le señaló que había dentro de esa cantidad, algunas fotos suyas; la persona que estaba con él insistió en verlas aunque él quiso desaconsejarlo;
afortunadamente, ver borrones en el lugar de las caras cuando uno olvida a propósito usar los anteojos, es una hermosa solución para ese tipo de incidentes
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las fotos familiares y sociales ocupan un lugar muy importante en las vidas de algunas personas, pero no de todas;
algunas personas necesitan un registro fotográfico de todo lo que sucede, y con la ayuda de las fotos recuerdan aquellos momentos del pasado, y a menudo los recuerdan cuando las circunstancias y las personas ya no están;
pero las fotos, cuando no existen, porque han quedado en el camino, como muchas de las otras cosas, tampoco pesan