lunes 24 de marzo de 2003

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no tenía un peso para hacerle un regalo de cumpleaños a su hijo y no le importaba para nada, porque ellos dos sabían darle importancia a lo que la tenía de verdad, y los regalos no estaban en esa lista;
se dirigía a tomar el subterráneo y al llegar a la avenida, alguna gente en la esquina de ese edificio de altura estaba mirando hacia arriba, y todos suponían que era un niño de corta edad el que estaba tirando unos pequeños juguetes a la calle;
ese hombre reconoció el milagro, recogió uno solo, para no abusar, un muñeco muy lindo, como los de la tele, y le dijo luego al entregárselo a su hijo que era un juguete de mucho valor, pues había caído del cielo