sábado 2 de febrero de 2002

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Pensemos que somos libres para pensar.

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Se estrujó, se exprimió hasta que no quedó una sola gota de sí mismo.
Y después de eso, en medio del agotamiento infinito, le asombró encontrar algo, completamente seco.
Con ese algo, casi nada, pudo empezar otra vez.

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Conocí a un señor que dijo:
Lo que se escribe, se puede corregir escribiendo otra cosa después.
En cambio, lo que se dice, no tiene arreglo.

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Iba por la calle y el joven llevaba en su ropa el siguiente texto:
Ya me levanté de la cama,
¿y ahora qué más quieren que haga?
Y otro, vestía una prenda que decía simplemente:
F B I
y a mí me llamó la atención, y abajo en letras chiquitas decía:
Federal Bureau of Intoxication.

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Me acuerdo de los viejos contadores de visitas que se ponían en los sitios. Y las veces que los movíamos nosotros mismos para que los clientes pensaran que la gente se mataba por visitar las páginas que les habíamos hecho. Y ahora, la estadística te dice hasta el grupo sanguíneo del visitante, y si tiene mal aliento o no.

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Me está pareciendo que perder el tiempo es esencial para ser productivo. Y me refiero a los gratificantes recreos y espacios vacíos que uno puede otorgarse después de terminar alguna tarea, aunque sean segundos, minutos, horas, años, siglos, milenios, no importa cuánto, tiene que ser un espacio.
Son espacios para recargar las energías que se obtienen de la fuente.

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Y también me está pareciendo que es muy sano poner una frontera entre una tarea ocupación o evento y otro.
Hacer un corte. De cualquier clase que sea. Nada del otro mundo. Quince minutos.
Quizás no sepa explicar porqué. Podría intentarlo.
Me parece que al espíritu no le da lo mismo cualquier cosa que se le ponga delante.
Y creo que para cada cosa que se enfrenta, uno debe disponer de un espíritu especial, para entenderse mejor con ella de una manera a medida, apropiada para el caso.
Es por eso que dejando un tiempo en el medio se puede permitir una acomodación y para recibir lo nuevo como si fuera algo nuevo.
Y me gusta creer que esa acomodación es sabiamente automática, si es que la dejamos funcionar, y si es que le damos tiempo. Que es como darse tiempo uno mismo.
¿Son tonterías?
Es posible. Pero si no hacemos eso me parece que estamos funcionando a pura voluntad, como obligándonos nosotros mismos a hacer las cosas de cualquier manera, pero rápido.
Y así lo más posible es que nos salgan todas las cosas de una misma manera, todas con el mismo espíritu.
Y el problema que se presenta con eso, es que obrando de otro modo podríamos vivir en un mundo que nos ofrece infinita variedad de estímulos, para que nosotros afilemos nuestra creatividad, o la descubramos, y respondamos con infinita variedad de respuestas, cada respuesta adecuada a cada cosa.